Mikel Landa lo intentó,pero no pudo llegar a concretarse como un hombre ganador de grandes vueltas, de hecho hubo expectativa en ello, muchas ganas, pero no se concretó, hay una situación en específico que le quedóen su mente, una espina que le dejó en ciclismo y que pasó en el 2017.
Puedes leer: Bora y Roglic le dan gran noticia a Nairo Quintana para este 2024
El actual corredor del Soudal Quick Step quiere empezar a edificar lo que será su adiós del ciclismo, empieza esa fase complicada para cualquier deportista, unos lo asumen mejor que otros, pero al final termina llegando. Su paso al Quick Step, dentro de todo, refresca su carrera.
Caracterizado por ser un buen escalador, Mikel resignó sus posibilidades de ganar una gran vuelta al no poder tener una buena adaptación a la crono y a lver a otros rivales superiores a él. Alguna vez pudo ser su tiempo, en el Sky, pero por delante de él estaba Chris Froome y tuvo que trabajar para él.
Estando allí, en el equipo británico, el español recuerda que le quedó una espinita clavada y fue el no poder estar en el podio del Tour de Francia del 2017, junto a Chris Froome y Rigoberto Urán, pues por un segundo esa posibilidad se le fue, la perdió ante Romain Bardet.
«Tengo la espinita del podio del Tour de 2017, que me quedé a un segundo. Echando la vista atrás ese segundo podía haber salido de cualquier sitio. Y es una pena no tener esa foto del podio de París», dijo Mikel al medio español Marca.