Mathieu Van der Poel asegura que «nadie puede presionarme más que yo mismo», llega a esta conclusión luego de haber renovado hasta el 2028 con el Alpecin Deceuninck y tras pasar por innumerables experiencias que hoy lo tienen como el campeón del mundo.
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Mathieu, en entrevista con Canyon, habló de lo que significó haber ganado la Amstel Gold Race, que es la competencia más importante que hay en los Países Bajos, su país de origen, por supuesto fue algo especial para él:
«Es ciertamente especial haber podido ganar la única competición realmente grande en los Países Bajos con el maillot de campeón holandés de la época. Aquella victoria también supuso mi consagración como ciclista de carretera. De eso hace ya cinco años. El tiempo vuela».
Al hablar sobre su manera de correr, confesó que antes sentía más nervios, pero eso lo ha venido controlando copn el tiempo y la experiencia, no se fija en sus rivales y solo se remite a lo que siente, a lo que piensa, la presión se la pone él:
«Ahora estoy acostumbrado a la presión y a las altas expectativas. Cuando era más joven, a veces me ponía nervioso. Pero ahora nadie puede presionarme más que yo mismo. Quiero rendir y ganar. Eso me empuja hacia adelante».
Sobre el ciclocross, que es una de las disciplinas donde también brilla, Mathieu aseguro esto: «Ahora estoy cerca de un logro histórico, por lo que sin duda es un objetivo. Me sigue encantando el cross. No has visto lo último de mí en el campo. Es una disciplina en la que empecé cuando tenía seis años. Es mi primera pasión, aunque ahora mi atención se ha desplazado un poco hacia el ciclismo de carretera y la bicicleta de montaña».