Italia es el país más afectado de Europa por la pandemia del virus descubierto el pasado diciembre en China, el país se bate entre contagios y miles de fallecidos en los hospitales, ante esto, Davide Martinelli, ciclista de Astana, se ha puesto al servicio de Lodetto, su pueblo.
El joven corredor de 26 años del equipo kazajo, donde también militan los colombianos Miguel Ángel López, Harold Tejada y Rodrigo Contreras, ha montado su bicicleta, esta vez no para entrenar sino para servirle a su pequeño pueblo, Lodetto.
Martinelli, cosecha experiencia en el World Tour desde 2012 tras pasar al antiguo Sky, posteriormente llegaría a las filas del Etixx-Quick Step desde 2016 hasta el 2019. Hoy en el Astana es un corredor que a pesar de su edad, ya cuenta con grandes recursos competitivos.
Su humildad y coraje lo han llevado a asumir un compromiso ciudadano, en uno de los momentos quizás más críticos de su país. Davide, decidió tomar su bicicleta para ir a la farmacia más cercana, que queda en a 10 km de casa, y así traer medicamentos para sus vecinos adultos mayores.
«He escuchado varias historias que me han tocado» Davide Martinelli
«Todo comenzó gracias a un grupo de jóvenes de Lodetto, incluido mi primo Stefano, que se organizaron para entregar drogas y alimentos a las personas, especialmente a los ancianos, que no tienen la oportunidad de ir a Rovato (una población cercana) a comprarlos», contó el italiano a un medio local.
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«He escuchado varias historias que me han tocado, la gente no puede venir a nuestra ciudad y que gracias a estos voluntarios han resuelto sus problemas. Con los años he recibido tanto de mi comunidad, pero apenas tengo la oportunidad de pagar, pues la vida a menudo me lleva a estar lejos de casa», adicionó el solidario ciclista.
El corredor explicó el sentimiento que le genera poder ayudar a su comunidad en este difícil momento por el que se atraviesa como país: «Es mi oportunidad de hacerme útil y pagar a las muchas personas que siempre me han apoyado a lo largo de los años y ayudando a quienes lo necesitan en este momento».
«Tengo una bicicleta, 2 piernas ahora poco entrenadas y una mochila, y nada … hoy tuve el honor de poder ir a la farmacia a recoger medicamentos para una pareja de ancianos, en total 30 minutos y unos diez km, nada especial para un atleta, pero cuando los entregué a su puerta, obviamente con las precauciones necesarias (máscara y guantes) sentí un agradecimiento, que aún resuena en mi cabeza».
Y concluyó manifestando: «Soy el hombre más feliz del mundo, el ciclismo es hermoso, todo es hermoso, pero ser útil para los demás no tiene precio».
Fuente: Tuttobiciweb
