Ya es oficial que este ciclista, que fue anunciado como uno de los mejores fichajers del Movistar Team, ilusionante y lleno de esperanzas, apenas duró un año cuando tenía 3 por delante, sale por la puerta de atrás y deja terribles números que confirman que no hubo química entre las partes.
Lo de Remy Cavagna es un típico ejemplo que cuando las cosas no funcionan, sencillamente no funcionan, la apuesta se pierde y hay que saber perder… de parte y parte. Ambos costados perdieron allí y por lo tanto, hay buscar la mejor solución.
Hace unos meses, el francés aseguraba a L’Equipe, que: «Vine al equipo para progresar y siento que he dado un paso atrás en pocos meses. No estoy ni para terminar entre los 50 primeros de la Vuelta a Bélgica. Ése no es mi lugar; no es lo que yo valgo. Pero eso no parece inquietar a nadie, aparte de mí mismo».
Los resultados fueron decepcionantes desde inicio de temporada: 61 días competidos, 37 puntos UCI y un puesto 41 como mejor resultado. No hubo nada que hacer ahí, simplemente Remy no se adaptó al equipo y ahora se irá.
Había firmado para iniciar esta temporada hasta 2026, por 3 años luego de haber estado en el Soudal Quick Step… pero la cosa se fue haciendo insoportable a tal punto que decidieron, desde ambas partes, dejar a un lado los dos años que tenían y rescindir el contrato: «Fuentes de Movistar Team apuntan que ha llegado a un acuerdo con Cavagna para resindir el contrato que les unía a las dos partes hasta 2026 por ‘dificultad de adaptación'», aseguró el Diario de Navarra.
Así que Movistar libera un cupo, de una manera infortunada, pero fue sencillamente lo mejor para todas las partes. Todo indica que Cavagna seguirá su camino en el FDJ.