Nairo Quintana enfrenta lo que posiblemente es su reto más importante a nivel profesional. La antesala solo deja pensar que para superar los obstáculos, debe realizar un papel impecable y extraordinario para lograr su más anhelada meta que es el Tour de Francia… Lo bueno es que Nairo está adaptado a hacer esta clase de demostraciones, por lo que todo puede pasar.
Ahora bien, finalmente han llegado los Pirineos, escenario ideal para un Nairo que aspira encontrar en sus piernas, el tiempo que necesita para descontar el tiempo que lo distancia de Thomas, de Froome, de Dumoulin, de Roglic, de Bardet, de Landa y de Kruijswijk… muchos contrincantes delante de él.
Las montañas seguidas son la clave de un Nairo que espera que el Giro pase factura a sus rivales y que, por sobre todo eso, le dé la motivación para hacer algo increíble, pero que es posible:
«Nuestra mayor fortaleza es ese convencimiento que tenemos de que, en nuestro histórico personal, en la tercera semana solemos ir mejor. Toca esperar y buscar alguna debilidad en los rivales que tenemos, que hasta ahora, la verdad, han demostrado que están fuertes. Esperamos poder y saber, jugar bien nuestras bazas en compañía de nuestros directores, conseguir primero debilitar al Sky y luego, aspirar a lo que estamos intentando lograr», aseguró Nairo Quintana en rueda de prensa, quien no pierde su tesón y está lejos de dejar a un lado la terquedad.
El de Combita agregó que «en algunos otros Tours, de hecho, hemos estado más lejos que ahora del objetivo a estas alturas de carrera cualquier cosa puede ser posible. Nosotros seguimos convencidos de que nos tiene que salir un día bueno, y si lo encontramos, haremos lo posible por aprovecharlo».
La etapa 17 será una para escaladores puros, donde habrá 65 km de solo montaña, por lo que puede ser una clave esencial para los del Movistar: «Uno puede hacerse cuentas, números… pero lo que pasa por mi cabeza es tener un buen día y aprovecharlo sin pensar en esos números. Que salga lo que tenga que salir».
La mentalidad de Quintana hace pensar que sabrá sortearlo, pero además dice que: «Tenemos por delante tres días muy duros, sobre todo con esa etapa corta de 65 km el miércoles, para escaladores puros, sobre un terreno que conocemos y en el que estamos convencidos de que podemos ir bien. Y al final del todo, el sábado, tendremos que afrontar la contrarreloj, un terreno que hemos visto que no nos desfavorece demasiado, a pesar de que no tengamos una ventaja”.
Quintana no pierde sus fuerzas, ni sus esperanzas, pues además de todo está fiel a su ideal, a su cabeza, a su filosofía: «La confianza sigue viva y no desfallecemos. Tenemos que seguir luchando como equipo para lograr alguna victoria o cumplir al menos una parte de los objetivos que teníamos. Tenemos tiempo perdido, pero no renunciamos».
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