Mikel Landa llevaba una estela de esperanza para el Movistar Team en este Giro de Italia. Previo a la carrera, el de Murguía aseguraba estar en condiciones y aseguraba que la mala suerte se debía ir, aparentemente porque todo lo que le pasó antes, fue por circunstancias ajenas a él.
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Luego de iniciar este Giro con una contrarreloj en la que no estuvo a la altura, supuestamente por una alergía que no se le ha ido hasta este día, los constantes problemas en el pelotón, la supuesta caída que le forjó Simon Yates y la no tan buena contrarreloj de la etapa 9, Mikel Landa lo ha aceptado.
Dejando de lado las excusas y a la altura de etapa 10, Landa se dio cuenta de lo que estaba haciendo Richard Carapaz, que en mucho, superaba la actuación del alavés. Ganando etapas, rindiendo mejor en la contrarreloj y demostrando que el estado físico del ecuatoriano es mejor, Landa habló y dijo que:
“Para el primer bloque trabajamos conmigo de líder y protegimos a Richie (Carapaz). Y como demostró en estas nueve jornadas andar más fuerte que yo, me sitúo en un segundo escalón, aunque deseo revertir la situación”.
De esta forma el español asegura “Pretendía perder mucho menos tiempo del que llevo en contra. La carrera está muy cuesta arriba. La única manera de remontar es tener mejores piernas que hasta ahora”. Y por eso, Carapaz será el nuevo líder del Movistar Team, algo que Latinoamérica celebra, porque es lo más justo.
Sin embargo Landa deja la puerta abierta:
“López y Yates también deben pasar al ataque, porque cedieron más de la cuenta en la crono de San Marino. En mi caso, veré día a día qué es lo mejor para tratar de recortar. Resta mucha dureza y la ambición por dar la vuelta al Giro continúa intacta”.
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