La etapa 17 del Tour de Francia 2020, prendía las ilusiones de Mikel Landa, del Bahrain McLaren y de los landistas, pero una vez más la decepción se ha presentado y se llevan un premio de consolación, algo ya frecuente.
El gran corredor que es Mikel no aparece en las grandes vueltas. El espectáculo, adherido a sus ataques, no ha aparecido en este Tour de Francia 2020, cuando todo pintaba para que eso sucediera.
La etapa 17 era la etapa reina. Dicho recorrido estaba marcado para Mikel Landa y el Bahrain McLaren, quienes tomaron el control de la carrera e impusieron un paso interesante, fuerte tanto en el Col de la Madeleine, como en el Col de la Loze.
Se veía venir algo para Mikel. Por primera vez en la competencia, un equipo diferente al Ineos y al Jumbo Visma, tomaba el control del pelotón y se iban en busca de la fuga, conformada por Richard Carapaz, Julian Alaphilippe y Gorka Izaguirre.
Colbrelli, Poels, varios Bahrain iban dando todo. Alcanzaron a quitar a varios Jumbo, mientras Urán, López, Yates, Porte mantenían y resistían el ritmo de los gregarios de Mikel.
Ya escalando el puerto final, se esperaba el famoso ataque de Landa… que nunca llegó.
Tour de Francia 2020, la nueva decepción de Mikel Landa en la etapa 1
Y allí apareció la decepción. Ya sin gregarios, con el trabajo de ellos cumplido, aparecía la figura de líder de Landa. Las promesas, las palabras, el aguerrido liderazgo, han quedado nuevamente en el camino.
El español se empezó a quedar en las cotas más duras de la Col de la Loze. No alcanzó a Carapaz que lo tenía a 30 segundos y a falta de 3,7 km se cortó y adelante se fueron Kuss y Roglic del Jumbo Visma, Pogacar y Miguel Ángel López.
Y Mikel nunca atacó. Simplemente fue perdiendo fuerzas y el trabajo de su equipo, al traste. Muchas dudas quedan después de esto. Al final, el trabajo del equipo lo aprovechó Miguel Ángel López, quien atacó a Kuss y a Roglic y ganó.
Pero Landa llegaría a un minuto 20 segundos. Tampoco podemos hablar de una ‘pájara’, pero luego del trabajo, es innegable no calificar de una decepción. El equipo apuntaba a ganar, fue Mikel quien no respondió a la expectativas. Podríamos hablar de una deuda, ahora de Landa con su equipo.
No funcionó, al menos por ahora, la táctica del único líder. El podio parece lejos, el objetivo nuevamente quedará inalcanzable y el landismo, que sigue consolándose con lo que hizo el equipo, todavía seguirá a la espera que las palabras, se vuelvan realidad.
En redes han puesto el ojo sobre el español y califican lo hecho como un ridículo:
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