Nairo Quintana define de gran manera su paso por el Movistar Team y ciertamente es una opinión que contradice las críticas generales sobre su salida, a finales del 2019.
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El corredor colombiano marcó una historia importante, de hecho durante su estadía en el equipo español, se dio la época donde se consolidó como el mejor ciclista de nuestro país en la historia.
Entonces, con el Giro de Italia, con la Vuelta a España, los podios en el Tour de Francia, el ciclismo de nuestro país se potenció. Y todo lo hizo Nairo allí, con el equipo telefónico.
Así que los momentos gloriosos fueron más. Hubo otras carreras que ganó, bastantes etapas, cosas que superan los malos momentos, que al final se presentaron.
La gente se quedó con eso, con la manera en la que cerraron el ciclo, algo que no fue la constante. El propio Nairo definió a ese equipo donde estuvo durante tanto tiempo.
Movistar Team, así lo define Nairo Quintana
La relación con Eusebio Unzué es la mejor, definitivamente. Inclusive, el Movistar sigue patrocinando de manera personal a Nairo, lo que habla de la realidad de cómo se llevan él y ellos.
A pesar de las constantes críticas por la manera en la que Nairo cerró allí, para Quintana prevalece los buenos momentos y la manera en la que su carrera llegó a lo más alto (hasta ahora) allí.
Al describir la razón por la que se fue del Movistar, el corredor confesó a la revista Planeta Ciclismo lo que significa el Movistar para él:
«Entré en una monotonía donde ya me motivaba poco algunas cosas. Quise cambiar de aires con la pena que me dio dejar a tanta gente que quería mucho, con la que hicimos amistad y es lo que me dolió al del Movistar. Es casi como una familia.
Para intentar crecer, tienes que buscar nuevos aires y ha sido lo que hemos hecho. Finalmente se ven los resultados. Tengo mi familia cerca, mi hermano, mi gente que me acompaña. Es una aire fresco que me da tranquilidad, me estimula y me motiva».
De esta forma, Nairo considera al equipo telefónico como «casi una familia», una respuesta que debería borrar esa mala imagen del equipo, que se ha ganado por unas malas gestiones, que no tapan las buenas.