Rigo Urán tuvo un complicado comienzo en el ciclismo, cuando Colombia era un país, que aunque con un gratificante pasado, no gravitaba en el pelotón, en esos momentos todo era más complicado, pero el de Urrao hizo una confesión graciosa apenas llegó por primera vez a Europa.
Hoy es líder del EF Education Nippo, pero al de Urrao, como a muchos de los ciclistas de nuestro país, le tocó desde abajo aunque su realidad fue mucho más ruda que el de muchos. Pero aún así, supo salir adelante.
Varios de los ciclistas más experimentados de nuestro país, no salieron directamente a equipos de primera categoría o proteam, como suele verse en estos días, sino que hacían una especia de ‘pasantía’, en continentales de Europa. Actualmente también se ve eso, pero en menor medida.
Dado que Colombia es una tierra tan llena de talento en el ciclismo, algunos observadores mandan a los pedalistas cafeteros al viejo continente, para que haya un periodo de adaptación, en el que puedan foguearse con el nivel allá y tantearse.
La confesión de Rigo Urán cuando llegó por primera vez a Europa
Ese proceso le tocó vivirlo a Rigoberto Urán, quien en su juventud supo moldear y demostrar su talento en la bicicleta y en esas, tuvo a alguien que se fijó en él y lo mandó para Europa, pero este momento fue mucho más gracioso de lo que parece:
«Empecé un lunes. El sábado había una contrarreloj, que yo no sabía lo que era. Me dijeron que me subiera y corriera de un punto a otro lo más rápido posible. No tenía ropa de ciclista, solo el casco. Gané. Desde entonces nadie me volvió a ganar en mi categoría. Cuatro años después me fui a competir a Europa. Me llamaron de un equipo y yo acepté, sin saber ni a dónde iba. Acabé en Brescia«.
Sin saber exactamente de dónde o a dónde iría, Rigoberto muy dado a su personalidad, pero también respondiendo a esa juventud sin fronteras y sin límites, fue aceptando del lugar donde lo llamaron y a Italia llegó, al Tenax.