Mikel Landa aseguró antes del Giro que estaba en condiciones de ganarla, que era favorito y que el hecho que muchos no lo tuvieran en cuenta sería una ventaja, pues lo verían aparecer. De cierta manera, es correcto lo que dice: entre menos ojos te vean, menor será la presión… pero a veces es mejor no hablar de más.
Y eso de no hablar más, no solo aplica para este Giro de Italia, donde ya lo hizo, sino también se puede usar para otros escenarios, como el Tour de Francia del año pasado donde sus palabras hacían pensar una cosa, pero sus actos demostraron otra. El español, sí, es un corredor de calidad, pero la lengua lo castiga.
Luego de la etapa 1 de este Giro, el de Murguía aseguró que «la contrarreloj se le hizo muy larga», por no decir que eterna y perdió 1:07 segundos respecto a Primoz Roglic, flamante ganador. Quedó a 33 segundos de los últimos favoritos en la general, Miguel Ángel López y Tom Dumoulin.
Además, su pulso con Richard Carapaz se resolvió rápidamente a favor del ecuatoriano, quien llegó a 47 segundos del primero, sacándole 20 segundos al propio Landa… un tiempo que en cualquier otro equipo significaría o sería prueba suficiente para ganar el liderato: El Movistar Team debería respaldar en su totalidad a Carapaz, inclusive Landa… pero no será así.
Landa y la ilusión que creó
Y es que Landa forjó ilusión, dijo que este era el Giro para consagrarse, para romper con la mala racha, donde ya había llegado a un buen nivel, tal vez el mismo que le hizo ser podio en el Giro de Italia de 2015 e hizo que la gente creyera que sí es posible, pero que con resultados como los de hoy, dejan al descubierto algo que roza la decepción, como en este ejemplo:
Dos imágenes que se entienden mejor juntas. #Giro102 pic.twitter.com/RDO0gVu5NY
— Alpe__dHuezBT (@Alpe__dHuezBT) May 11, 2019
Y ahora dice que «Esto no ha hecho más que arrancar. Tenemos 20 días para corregirlo. Habrá que ser más agresivos y tratar de recuperar cualquier día». Y es verdad, no hay que quitar mérito ante la mentalidad guerrera, ante la actitud positiva… Pero es un Giro de Italia, no da oportunidad a errores y el cometió uno hoy.
Realmente, así como lo hizo Nairo con Valverde en la Vuelta a España del 2018, es mejor ceder la posición de líder para quien mejor está preparado y lo demuestra y hoy es Carapaz. Pero el ecuatoriano sigue firme las indicaciones del Movistar y señala que:
«Me siento orgulloso por el resultado, por verme con buenas piernas y haber sacado el trabajo de preparación. Sin embargo, concluir por delante de Mikel no cambia nuestra mentalidad. Es el líder designado por el equipo, respeto esa línea y buscaremos la mejor clasificación con él».
Lo mejor que puede pasar
Sí, el líder seguirá siendo Landa, pero si lo va a ser, que deje esa clase de declaraciones que se alejan de la carretera y que sea ese mismo escenario, quien le demuestre a la gente lo que puede llegar a hacer. Pero si no es así, si por más intentos que haya, la situación no cambia, es también elocuente bajar la cabeza y ceder el lugar por el bien común… un gesto noble que tal vez hoy podría ser ideal que el español hiciera.
Aplaudo la terquedad, es en definitiva, una de esas cualidades de los grandes, pero cuando no hay cómo sostener lo que las palabras dicen y los deseos añoran, esa terquedad es mala, se convierte en un sentimiento que empieza a desquebrajar un equipo.
Por el bien del ciclismo espero que Carapaz tenga su oportunidad, pero si la decisión final es Landa, que el español recupere su mejor nivel y veamos una remontada de película… pero insisto, que no lo diga él con sus palabras, que lo digan sus acciones y por supuesto, los resultados.
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