Primoz Roglic es el favorito de muchos, tiene una buena renta frente a los favoritos, pero la montaña apenas comienza y el líder del Jumbo Visma debe ser realista, debe aceptar lo que pasa y en definitiva, el hombre que encabeza a los favoritos no tiene equipo para resistir en la alta montaña.
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Y eso en una gran vuelta, es un problema que tiene que solucionarse como sea. Pues si pierdes tiempo en la montaña, no importa cuán buen contrarrelojista eres o qué tan bien afrontas los abanicos en las llanas. Si tienes un mal día o no sabes responder en los ascensos te pueden caer minutos, como agua en un aguacero.
Y ante esa necesidad, cualquier estrategia es válida, siempre y cuando cumpla las normas. Y sí, hay tácticas valiente, inteligentes, irritantes y polémicas. Y podríamos decir que Roglic ha escogido estas dos últimas que aunque tengan esta descripción, son aceptables y el pelotón no puede protestar.
Primoz Roglic ha escogido la táctica de Miguel Induraín, quien una vez dijo: «¿Me has visto a mí dando relevos? Yo atacaba en las cronos y luego, a rueda». El del Jumbo Visma está haciendo exactamente esto y al primero al que ha caído muy mal es a Vincenzo Níbali.
«Dejó que la brecha se abriera con Carapaz y Majka y quería que yo la cerrara y le dije: ‘¡Basta! ¡No más!’ Le dije que si quería ganar el Giro tenía que correr«, dijo de manera contundente Nibali y completó con esto:
«Esa no es la forma en que debería correr si quiere ganar el Giro. Se puso en mi rueda para que lo arrastraran todo el día. No sé si esa es la forma correcta de correr. Al final, podría ser muy eficiente. Lo entiendo, pero no estoy de acuerdo».
Pero esa será la estrategia de Roglic: A rueda. Así que sea con Nibali, con Landa, con Zakarin, con Yates, con López, con Carapaz, el esloveno se pegará y tratará de no ir más allá, esperando la etapa 21, de contrarreloj. Ciertamente es una estrategia que va contra el espectáculo, de la cual requiere también un gran esfuerzo, pero aceptable.
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