Aficionados van en una ruta, normal, la grupeta se pone un punto de encuentro e inician un recorrido por diferentes partes, de repente entra a ellos Egan Bernal, de la nada, se lo cruzan y el del Ineos invita a esa grupeta a meterle ritmo, así fue.
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El esfuerzo que requiere el ciclismo, así sea recreativo, es mayor. Para muchos, es el deporte más complicado, más duro del mundo, por la fuerza y los intensos esfuerzos a los que son sometidos los pedalistas, además del clima y las rutas que son, asímismos, exigentes.
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Ahora, hay que sumar que llegue Egan y los reviente con un poco más de ritmo, todo a través de una coincidencia. Así fue el momento:
