Richard Carapaz llegó al Giro de Italia sin ningún tipo de favoritismo. De hecho el ecuatoriano, a pesar de estar en la ronda italiana el año pasado y quedar cuarto, no se barajó entre los que optarían por el título, una manera precisa de pasar desapercibido no solo para el mundo, sino también para su equipo.
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El Movistar Team llevaba como principal figura a Mikel Landa, pero el ecuatoriano ejecutó la única verdad en el ciclismo: la carretera pondrá a cada quien en su sitio. Así que pronto Richard se volvió el líder de la escuadra y en medio de ese proceso, enseñó a Simon Yates una valiosa lección.
Seguramente, en medio de la rueda de prensa, donde Simon aseguraba que debían temerle y que era máximo favorito, el ecuatoriano, en silencio, planeaba cada carrera, analizaba y preparaba su cuerpo.
La cuestión es que, tras estas palabras, Yates se ganó los ojos del mundo y creó una expectativa gigante. Entonces, en la montaña todos se preguntaban por el líder del Mitchelton Scott, aquel que había dicho que había preparado su venganza desde hace 12 meses.
Y claro, la lengua le pesó mucho y por supuesto, ante esto, en el primer fallo, con esa carga de responsabilidad de más, Yates decayó y muy fuerte, tal vez más de lo que se esperaba y aunque hubo ataques, fue tenue, tímido y a pesar de un tercer lugar no hizo nada más, Simon se dejó en la montaña y no pudo atacar, de hecho, tampoco se mantuvo.
Y adelante Richard quien en su mejor versión, demostró con sus piernas lo que deseaba su alma… definitivamente una lección que Simon aprenderá… en el ciclismo, los grandes logros no se consiguen con palabras, inclusive, el silencio es el mejor aliado, que los rivales piensen lo que quiera, que planeen sus propias carreras.
Carapaz demostró que es mejor estar bajo perfil y dar el golpe y no exponerse a que todos estén tras de ti por tus palabras… es mejor, actuar en silencio y esto aplica a algunos otros, a veces hasta para gente del mismo equipo, como a alguien que está en el de Richard.
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