Cuando Nairo Quintana mira fijamente al frente y ni el dolor más intenso logra cambiar su gesto, ese que permanece impoluto, insoluble, como el elemento químico más áspero y terco, es ese momento el que recoge todos los entrenamientos, pensamientos, críticas… todo se junta allí, cuando él se bate con las fuerzas de sus piernas ante la montaña y forja que todo un país pedalee tras él… Tal vez ese sea su verdadero poder: unión.
Y cuando comienza el ascenso, todos buscan en la cámara, entre ese montón de hombres pedaleando y luchando contra sus pulmones, al de Combita «¿Dónde está Nairo?» se preguntan y esperan que el narrador de turno les dé una vaga idea. Todos esperan ese momento único y que enardece las venas de todos los que conocen la palabra sacrificio: ¡FUGA!
Nairo emprende su escalada y deja a unos cuantos atrás… Bravo Nairo, felicidades Nairo: En el mundo hay más de 3 mil ciclistas profesionales, de ellos solo 200 llegan al Tour de Francia (y cada vez se reduce más de número) y de esos, sólo 10 pueden optar por el título de la carrera más prestigiosa del mundo del ciclismo y allí está el boyacense… Una vez más, gracias Nairo.
Para ganar un Tour se necesitan 300 días de entrenamiento intenso y 21 días de suerte, estrategia, concentración y trabajo en equipo… definitivamente no es tarea fácil y concebir que un colombiano o más estén allí, disputando el campeonato es algo para agradecer. Claro, siempre hay que optar por el mayor reconocimiento, al camiseta amarilla. ¿Pero alguien dijo que eso no está en la cabeza de nuestros representantes?
Evidente es que en algunas ocasiones los pedalistas se queden atrás y eso sea decepcionante, pero es importante saber que no se trata de decepción ante el ciclista, sino ante las aspiraciones o esperanzas que uno pone en ellos, pero mientras ellos estén allí, no solo representando a Colombia, sino a Latinoamérica, hay que apoyarlos y más a sabiendas e un pasado que han logrado superar y cuyo presente no es más que la cosecha de una dura siembra. Merecido.
Decir que Nairo o Rigoberto ya no están aptos para ganar un Tour o que el biotipo no lo cumplen, es apenas una teoría, tal como aquellos que piensan que sí pueden hacerlo. Existen momentos decisivos que van condicionando la carrera y esta vez no fueron las favorables para los colombianos: Rigo afuera luego del pavé, Nairo pincha en la primera etapa y en la 18 cae, Fernando no soporta el calor y no puede seguir… pasa, pero qué placer es verlos.
Gracias Nairo por seguir adelante a pesar de las caídas. Con dichas lesiones, ser décimo por encima de rivales de gran magnitud y en un estado físico mejor que el tuyo, hombre, es apenas una enseñanza para los colombianos que creen que la vida es fácil y aunque consigan las cosas de la manera sencilla, no sabrán la sensación del éxito luego del esfuerzo, aquello que aporta a que el espíritu crezca.
Se acaba hoy un Tour, con la revelación más grande de nuestro país, seguramente desde que apareció Nairo: Egan Bernal. Rigoberto estuvo allí y lo seguirá intentando, al igual que Fernando Gaviria, cuyo futuro es enorme. Darwin Atapuma logró culminar la prueba y estuvo junto a Dan Martin, noveno en la prueba y Daniel Felipe Martínez, otro grato descubrimiento para el futuro de nuestro país.
Esta vez no fue Nairo, pero son las derrotas las que nos proveen de enseñanzas y aun más de carácter, ese que tiene el de Combita para decir: «Lo seguiré intentando». Qué grande eres Nairo y qué grande son nuestros escarabajos colombianos. Gracias.