¿Miguel Ángel López haciendo un Simon Yates? Las palabras de Superman al pelotón hacen recordar a las que alguna vez dijo el líder del Mitchelton Scott en el Giro de Italia de este año.
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No son las mismas, no son tan aventureras y directas como en su momento pronunció Simon, pero tal vez López esté hablando a través de la confianza en un deporte en el que las palabras sobran.
Aunque también hay que decir que las situaciones son diferentes: Miguel Ángel López llega en un momento extraordinario, donde seguramente se erige como uno de los mejores escaladores y ha demostrado fortaleza, lo suficiente como para hablar así.
¿Qué ha dicho el de Pesca a Roglic?
«Cuando llegue la montaña ellos también sentirán miedito de nosotros», «me siento bien y ya llega nuestro terreno» y ahora ha dicho que: «Cuando ataquemos se tendrán que tener duro«.
Es esencial mostrar confianza, de hecho Roglic también ha hablado, pero en un deporte donde la carretera decide, donde la carretera habla, donde la carretera elige, es mejor dejar las palabras a un lado.
Hay que responder a la prensa, pero con declaraciones cautas bastan y que el grito llegue de las piernas, de los ataques y arrancones, pues hay posibilidades que pasen situaciones como las de Simon Yates.
Y no por incapacidad y mal estado físico, sino porque cualquier cosa puede pasar en este tipo de etapas.
Que Miguel Ángel López no haga un Simon Yates
Convencido estoy que López peleará el título hasta el final, pero en las previas de las carreras es mejor asumir un rol cauto, sin necesidad de decir qué hará o qué pasará en algunas etapas.
El recordar a Yates diciendo antes del Giro, que sus rivales deberían estar «cagados del miedo», que «preparó esta revancha durante un año», que «si fuera ellos, tendría miedo de él», fue un arma de doble filo para él.
Al final no pasó nada, no hizo nada y el único efecto de esas palabras fueron tanto de burla, como de aprendizaje, pues es casi seguro que luego de alardear tanto, Yates no lo volverá a hacer.
En conclusión, es mejor que las piernas hablen y que las palabras no representen nada más que las estrictas respuestas a la prensa.
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