Egan Bernal, como siempre, va con sus entrenamientos a veces en grupo, a veces a solas, pero siempre lo hace por los lados de Cundinamarca especialmente, esta vez se fue a un puerto por los lados de Bogotá y Guasca, que «le sacó el jugo», pero del que se supo conmover por su paisaje.
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El del Ineos Grenadiers se porepara para una temporada esencial para él, pues hay frente a Egan un reto enorme y es le hecho de poder volver a su mejor versión, eso indica que necesita pelear de grandes vueltas, por lo que nquiere hacerlo.
Por supuesto que intimida ver a un Jonas Vingegaard, a un Tadej Pogacar, a un Primoz Roglic o un Remco Evenepoel, pero en la mente del zipaquireño se encuentra el hecho de poder estar a su nivel. Hay que entrenar y mucho.
El 2023 dejó grandes certezas para él: puede correr y terminar una gran vuelta, de hecho dos… Pero falta mucho como para medirse ante los que hoy dominan el ciclismo, el accidente le ha dejado retrasado en esa carrera y es evidente.
Así que el 2024 será especial para Egan y se prepara con mucha ilusión para ello. Así que antes de ir a la pretemporada, Bernal sigue en Colombia y esta vez se atrevió a subir al Alto de la Cuchilla:
Este puerto es bastante exigente, especialmente porque termina a 3300 metros de altura, con una distancia de 24 kilómetros y una rampa máxima del 10%. Por supuesto, a pesar del esfuerzo, Egan reconoció la valía en cuanto a naturaleza, que hay en Colombia.