Egan Bernal nació en Zipaquirá, el 13 de enero de 1997. Al principio su padre, Germán Bernal, no quería que el chico prodigio del ciclismo fuera un profesional en el deporte, pues en el pasado Germán quería ser ciclista profesional, sacrificó muchas cosas y no tuvo suerte… él no quería que Egan corriera con la misma suerte.
Así inició la historia de Bernal, del joven que tiene muchas miradas sobre él, a propósito de su participación en el Tour de Francia. Como todos nuestros escarabajos colombianos, no tuvo un comienzo fácil y en municipio de Cundinamarca, donde empezó con su carrera, se ha forjado toda una historia que le ha permitido tener una mentalidad de hierro y una perseverancia de oro.
«Mi papá me decía que no tenía para un casco, pero no era porque no tuviera, sino porque no quería que yo compitiera. También me decía que no había plata para la inscripción a un torneo de mountain bike… él no deseaba que yo siguiera sus pasos. Pero entonces un amigo me pagó la inscripción y gané. El premio era un uniforme profesional», asegura Egan, narrando lo que fue su primer gran premio: Un uniforme.
La vida está lleno de imprevistos, de barreras, de decisiones que aunque parezcan erróneas, siempre nos llevan por el camino indicado. Poco a poco las claves van apareciendo y van contando esa vida que a medida que pasa el tiempo vamos entendiendo. Egan, contra los deseos de su padre, pero sin que le faltara su apoyo, empezó competir en carreras oficiales.
Luego en su vida apareció Pablo Mazuera, quien con su fundación ‘Mezuena’, empezó a competir con patrocinadores oficiales, algo que para él era toda una novedad: «Yo soy consciente del esfuerzo de Pablo. Porque él trataba de conseguirnos todo y eso para nosotros era muy importante», puntualizó Bernal, que ahora está adportas de correr un Tour, luego de su paso por el Androni Giocatelli, equipo italiano que confió en el colombiano y lo logró potenciar, a tal punto que hoy está en el Team Sky, el mejor equipo del mundo.
Este es el vídeo que rememora los primeros años de Egan Bernal:
Ahora, abrazado por Froome, Egan, aquel cuyo primer titulo en el ciclismo fue un uniforme, aspira a ser el mejor joven de la competencia. Una historia, la cual él cierra con una frase que envuelve su poder y su tenacidad: «Sientan sus sueños y luchen de verdad por ellos».