Desde que él mismo confirmó que estaría en el Giro de Italia 2022, ha ido cambiando su discurso para hacerse aún más fuerte. Mathieu van der Poel tiene claro que no quiere ir a la primera grande solo a participar, eso es seguro.
A pesar de que no está en el lote de favoritos que encabeza el ecuatoriano Richard Carapaz, el neerlandés sí tiene grandes expectativas en el recorrido que arranca este viernes 6 de mayo en Budapest, Hungría.
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«El Giro es una carrera que me gusta. Definitivamente será algo bueno para mí hacer una Gran Vuelta, especialmente cuando ves mi programa de carreras hasta ahora», había dicho van der Poel hace unos días al portal WielerFlits.
«Podría darme un poco más de base, hacerme un poco más fuerte y desarrollar mi motor. A los 27 años, aún no he terminado una sola Gran Vuelta, y como todo el mundo dice que mejoras después de una carrera de tres semanas, tengo curiosidad por ver eso», continuó.
Con expectativas y cautela a la vez
Van der Poel llega a Italia con mucha emoción, pero también quiso dejar claro que tiene bien marcadas las diferencias entre el Giro y el Tour: «Vestir la maglia rosa no será fácil. Me gustaría lograrlo, pero mi deseo por el rosa es menor que el que tuve por el maillot amarillo del Tour el año pasado. En Francia había un simbolismo más fuerte. Allí encontré el maillot donde menos se esperaba. La primera etapa supuestamente estaba elegida para mí, pero lo vestí después, en Mur-De-Bretagne», admitió en la rueda de prensa previa al Giro.
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Pero a pesar de eso, sus ambiciones son bastante grandes en la Corsa Rosa: «No vengo al Giro a prepararme para el Tour de Francia. Estoy deseando vivir esta primera experiencia personal en el Giro de Italia. Siempre he sido un fanático de este país y de esta carrera, quiero correr y ver cómo reacciona mi cuerpo al esfuerzo durantes tres semanas. Vamos a intentar hacer el «dream come true» de nuevo», sentenció el neerlandés.