Ahora sí se vio el trabajo en equipo del UAE Team Emirates, que fue arrasando por doquiér, en el Galibier, puso a todos sus mejores hombres y le resultó, Tadej Pogacar se mandó la exhibición que se esperaba en la etapa 4 y no ocultó que está feliz.
Hubo felicidad en el UAE, Tadej no solo tomó el liderato de la prueba, sino que lo hizo con mucha jerarquía, atacando y alejándose de su máximo rival, Jonas Vingegaard, quien aseguró que perdió más tiempo en el descenso.
Pero antes, en el Galibier, hubo una buena estrategia de un UAE que no solo rompió a muchos de los rivales de su líder, aprentando el ritmo, poniendo una cadencia fuerte en subida, sino que también trabajó para el ataque de Tadej.
Por un momento, cuando el arrancón sucedió, a falta de 4 km de culminar el Galibier, no se pudo despegar de Vingegaard, pero en un segundo intento lo logró y de gran forma, sacando tiempos. De hecho, al final Tadej cruzaría la meta en solitario y Jonas a 37 segundos de él, poniendo la general en jaque.
Puedes tener el mejor equipo, puedes tener el mejor plan, pero si no lo rematas así no valdría de nada.
— Alberto Marcos Gallego (@albermg) July 2, 2024
Metemos al museo del #TDF2024 esta obra de arte de Tadej Pogacar y el UAE. Descenso a cara de perro y todos vibrando. Increíble. pic.twitter.com/eoCiDgvkBk
Estas fueron las declaraciones de Pogacar,una vez terminado el día y con la amarilla enfundadada de nuevo, se la quitó a Carapaz, quien llegó cinco minutos después:
“Estoy muy feliz. Éste era a grandes rasgos nuestro plan, y lo hemos ejecutado muy bien. Ha sido una etapa de ensueño, y rematarla con una victoria en solitario es fantástico. Quería dar un golpe de efecto hoy. Confiaba en ser capaz de ganar la etapa y meterle tiempo a mis rivales. Conocía muy bien el terreno de la etapa de hoy. He entrenado mucho por aquí y me sentía como si estuviera corriendo en casa mientras subíamos Sestrière y Montgenèvre. Soplaba un fuerte viento de cara en el Galibier, así que se notaba mucho ir a rueda. No obstante, mi equipo hizo un gran trabajo para cribar el pelotón. No quise precipitarme en atacar precisamente por el viento, así que me guardé hasta lanzarme a 800 metros de la cima para marcar tantas diferencias como fuera posible. Conozco este descenso, y eso me ayudó mucho pese a que me llevé un pequeño susto cuando vi que las primeras curvas estaban húmedas. El balance es bueno, sin duda. Puedo estar contento con la posición que ocupo en la general y con la forma física en la que me encuentro. No obstante, todavía quedan tres semanas muy duras. Esta misma semana, en particular, hay una contrarreloj que puede crear nuevas diferencias”.