Richard Carapaz pasó del cielo al infierno en el Tour de Francia 2024, en un lapso de 24 horas, algo llamativo en un ciclista cuya intención era batallar por la general de la carrera y que de hecho tuvo en su haber la camiseta amarilla de líder.
Las expectativas eran altas con Richard en el Toue 2024, crecieron con una camiseta amarilla puesta en su pecho, primera vez que un ecuatoriano lucía esta prenda, era el líder de la general de la carrera más importante del ciclismo… más motivos para creer que sería protagonista.
Y es que hablamos de un pedalista campeón del Giro 2019, podio allí también en el 2022, podio del Tour y podio de la Vuelta… campeón olímpico. Más credenciales para creerlo potente rival de un Pogacar, de un Vingegaard no podía haber.
En los primeros días, demostró que tenía con qué, que la promesa con la que llegó al EF, al decir que le faltaba un líder, que él se prepararía para el Tour de Francia específicamente, para batallar la general, aspirar a podio, comenzaba a cumplirse.
En la jornada 2 pudo llegarles a los ultrafavoritos para que ni Jonas, ni Tadej le sacaran un segundo y rematar la faena en la jornada 3 haciéndose con la amarilla. Y sí, ahí fue cuando tocó el cielo… Carapaz con la camiseta del líder del Tour. Muchos vieron esto como una apuesta formal para la general.
Al otro día de esto, el Galibier. Una prueba fuerte, pero hablamos de un escalador nato, un hombre que se crió en las montañas y las conoce. Además, la motivación de ser líder le podía jugar a su favor. Sin embargo, allí se encontró con el infierno. Cedió y cedió, se fue dejando piernas y con ellas la ilusión, no solo de poder seguir con al camiseta amarilla, sino también de aspirar a un podio… Un adiós muy rápido, un día duro, un golpe a la esperanza.
«En la montaña, la preparación obstaculizada de Richie para este Tour le pasó factura. Protegido por sus compañeros de equipo de EF Education-EasyPost desde el comienzo de la etapa, Richie usó todo su talento y coraje para dar una gran pelea para mantenerse con los mejores en las primeras pendientes del Galibier y honrar el maillot amarillo, pero tuvo que ceder en sus pendientes más empinadas, ya que el paso de montaña se elevaba muy por encima de los 2000 metros», dijo el EF.
¿Qué significa esto? Que su preparación no fue la mejor, que desde el accidente de Suiza se truncó todo. Y otra vez, la deuda con el equipo, las dudas, la apuesta perdida del EF para figurar con Carapaz entre los mejores del Tour. Richie llegó a 5 minutos de Tadej y está a más de 2 minutos del top 10, que cierra Egan Bernal.
Ahora, hay dos posibilidades para Richard: o aspirar a un top 10 o también olvidarse de ello y salvar la papeleta a punta de etapas, ganar jornadas para darle peso a su participación este año y poder curar un poco la herida que le deja el quedarse afuera de la lucha por el podio.
El EF vuelve a estar lejos de lo que alguna vez hizo Urán en un Tour, ser segundo, estar en el podio. Habrá que esperar al otro año. Eso sí, nadie le quita lo bailado a Carapaz, que una vez se metió en la historia grande del ciclismo latinoamericano:
Mijines! Nadie nos quita lo bailado 17 etapas por delante para dar lo mejor
— Richard Carapaz M (@RichardCarapazM) July 2, 2024
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